Y de nuevo, octubre…
En donde las mordazas del pasado ceñirán
inmisericordes y abruptas, como la urbe
que hoy de nuevo me verá llorar…
Mis sueños fenecerán
y no habrá nadie que escuche,
pues tu adiós impregnará lúgubre
las cenizas de mi realidad.
Como en una lluvia de estrellas
tu recuerdo irrumpirá en mi pecho,
hoguera eterna bajo la tormenta
que pulveriza mi sangre contra tu fuego.
Y de nuevo, octubre…
Nada se oye llorando a solas,
sólo un silencio que me aturde
en mi amarga soledad sonora.
Y de nuevo octubre…,
mas sin ti, nada importa.
Dedicado a mi madre porque por más que pasen los años, su ausencia me hiere como el primer día.
Fantastico, conmovedor y con toda seguridad, merecido poema, que bien sienta sacar esos sentimientos ¿Verdad? me ha encantado leer algo tuyo.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Antonio Fco Buitrago