Bajo la esencia efímera de mi sensatez
embebí del fruto sublime de tus labios,
calima hiriente de versos diluidos en tu piel
como cera derretida junto a su pábilo.
Mis lágrimas ardientes abrasaron mi rostro
ebrios del amargo sabor de la derrota,
fui el ímpetu irracional de un loco
que por tu cuerpo naufragaba en la zozobra.
Quise ser la fuente de tus ojos hechos poema
para descubrir juntos el confín del amanecer,
quise ser tu cuerpo para llevar tu faz por emblema
cual miel suprema de bruma y mies.
Las sábanas se anudaron a nuestros pies,
cáliz de luna en tus brazos hechos bolero;
latido a latido tejimos sueños de miel
llegando al límite exiguo de lo eterno.
En la sagrada montaña de tu vientre
llegué a la cúspide de mis ígneos anhelos,
acaricié cada uno de mis desvelos
en la dársena de tu Edén latente
me encantó !! muy merecido el reconocimiento!!
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